Este blog es meramente académico, para la asignatura de Documentación de la carrera de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid.

viernes, 24 de mayo de 2013

Periodismo Ciudadano: a fondo


El periodismo ciudadano es un fenómeno contemporáneo que refleja la necesidad que tienen los ciudadanos de participar en la realidad de los hechos, aportando, mediante nuevos soportes tecnológicos, sus opiniones a partir de la información elaborada por los profesionales de la comunicación o incluso sus propias informaciones.
El término  surge a finales de los años 90, cuando el periodista Dan Gillmor observó que los mismo artículos que él escribía tenían más exito en su blog que en un periódico de prestigio en California (el San José Mercury News). Gillmor dedujo que esto era a causa de las interacciones que proporcionaba el blog. Los lectores tenían la oportunidad de discutir y opinar sobre los artículos, cosa que no ocurría con el periódico.
Explicó sus observaciones en el libro sobre periodismo ciudadano titulado “We the Media” (nosotros el medio)
Otro buen e importante ejemplo de periodismo ciudadano lo encontramos en Corea, donde Oh Yeon-ho, un visionario de ese país creo el diario ciudadano “Oh My News” a principios del año 2000 y que ahora tiene más de 37.000 corresponsales ciudadanos y más de 14.000.000 de visitas diarias.

Actualmente, una de las herramientas más utilizadas para hacer periodismo ciudadano son los blogs, en los que no sólo se redactan los hechos sino que además se refleja la opinión del escritor.
Si analizamos el procedimiento que sigue el periodismo tradicional para elaborar las noticias vemos que se vale de fuentes y agencias, las noticias se seleccionan siguiendo un criterio de importancia para los lectores, es decir, de manera jerárquica. Esto no ocurre en el periodismo ciudadano, el bloguero no sólo busca informar sino que además le importa que los demás conozcan su opinión sobre los hechos sin importarle un criterio jerárquico de los lectores.
Somos partícipes de una red de información en la que se crean contenidos de forma constante y esto hace que se sitúen al mismo nivel reporteros, editores y la audiencia. El ciudadano se convierte en lector y escritor al mismo tiempo, perdiendo los medios su exclusividad sobre la información.
El periodismo ciudadano convierte el periodismo en una actividad más democrática al alcance de cualquiera sin limitarlo a los grandes grupos de comunicación. Nos acerca a los problemas locales de la sociedad en la que vivimos, aportando incluso soluciones. Transmite una información que no responde a intereses particulares. Utilizando fuentes de información más actuales.
Pero también presenta inconvenientes. Se profundiza poco en los hechos, se debe reflexionar más y contrastar la información.La opinión es utilizada a veces con demasiado protagonismo, llegando a veces a faltar el respeto y a acusaciones falsas.
La falta de rigor y de calidad en la elaboración de los textos nos lleva a imprecisiones. Pero también es verdad que esto nos da alas para una mayor libertad y creatividad, sin perder la consistencia de la información.
En definitiva el periodismo ciudadano aporta ventajas e inconvenientes a la labor periodística.
Pongamos el ejemplo de Sergey Hametov, ciudadano ruso residente en Chelyabinsk, Russia que en febrero de este mismo año grabó desde su coche la caída de un meteorito en su ciudad, y acto seguido lo colgó en la web. Sergey tiene un blog, y también hizo numerosas fotografías a lo ocurrido. Su aportación al mundo de lo que paso fue importante y su material tiene valor porque capta un momento único y de gran interés.
Ahora bien, ¿es Sergey un periodista? Claramente no. Él es sólo un aficionado a la tecnología que usa Internet y las redes sociales con regularidad, como cualquier otra persona.
Comparémoslo ahora con alguien que es claramente un periodista. Pondremos el ejemplo de Gervasio Sánchez. Es un periodista y fotoperiodista de zaragoza que ha cubrido numerosos conflictos armados. Es bloguero, escribe para el Heraldo de Aragón y también escribe con regularidad en sus perfiles de varias redes sociales.
Las diferencias entre Gervasio y el ciudadano ruso del que hemos hablado anteriormente, Sergey, obviamente, son muchas. Pero nos interesa una en particular.
Ambos realizan fotografías y vídeos que cuelgan en la red en sus blogs o páginas web. Pero el trabajo de Gervasio va más allá.
Cada fotografía tiene un significado, algo que contar. Como cualquier buen periodista, sus fuentes son muy  cuidadas y sus todas sus informaciones son contadas en orden, contrastadas y lo más veraces posible. Cuando Gervasio Sánchez escribe artículos o muestra sus fotografías, ya sea en el Heraldo de Aragón o por su cuenta, su trabajo es valorado positivamente entre toda la información existente en la red, su opinión es oída y los lectores confían en lo que dice, porque es un profesional, porque tiene mucha historia por detrás.
El ciudadano ruso que grabó el meteorito estaba allí por casualidad, y sus grabaciones son apreciadas y valoradas por tanto medios como ciudadanos, pero su oficio no es el de informar.
Por tanto, claramente, por mucho que entremos en una nueva era digital, los periodistas siguen diferenciándose. Ello no significa que tengan que competir con los ciudadanos, digamos que se comlplementan.
Hay periodistas profesionales que no están en contra del periodismo ciudadano, si no que opinan que debe existir una buena relación entre el periodismo tradicional y el periodismo ciudadano aportando cada uno sus ventajas.
Gracias a internet, los ciudadanos lo tienen fácil contactar con los periodistas y enriquecer su trabajo. Ya no se limita a cartas al director ocasionales. Ahora se participa mediante comentarios de las noticias, correcciones de  algún dato que pueda haber pasado desapercibido en la redacción,  e incluso votaciones en encuestas de calidad tanto de televisión como radio o medios digitales.
Existe otro aspecto importante y muy beneficioso del periodismo ciudadano: es la de informar en lugares de conflicto con poco contacto con el exterior y en países donde existe una fuerte censura. En estos casos, los periodistas profesionales tienen un acceso muy limitado a las noticias y el periodismo queda en manos de los ciudadanos. Mediante mensajes, grabaciones, y fotografías la población puede ayudar a aliviar esta carencia, pueden intentar dar voz a quien no la tiene y contar hechos que de lo contrario habrían pasado desapercibidos.
No sólo en estos casos más extremos, también en países democráticos es defendido el periodismo ciudadano como alternativa a aquel realizado por empresas informativas. No en vano el derecho de todas las personas a difundir información y opinión es recogido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por último, nuestra opinión personal como grupo de trabajo. ¿Estamos a favor del periodismo ciudadano? Por supuesto, siempre y cuando se entienda como una colaboración entre periodistas y ciudadanos, como un flujo bidireccional de información y opiniones entre medios y audiencia.
Nunca viéndolo como una amenaza, o incluso una sustitución de lo que ha significado periodismo hasta ahora. Porque lo que ha significado periodismo hasta ahora es precisamente la esencia de esta profesión, que sin duda se mantendrá intacta en el futuro.

lunes, 20 de mayo de 2013

TIPOS DE CENSURA EN INTERNET


Internet es un medio de transmisión de información incómodo para los poderes establecidos, entre ellos el político. La generalización de su uso en gran parte del mundo, su ubicuidad, las múltiples plataformas desde las que conectarse, la inmediatez en la propagación de informaciones, el que éstas puedan compartirse de forma global, en todo el planeta, son factores que potencian la libertad de expresión y la capacidad de respuesta de la ciudadanía ante una clase política que, aún en los regímenes democráticos, estaba acostumbrada a enviar a los ciudadanos un discurso controlado, a la medida de sus intereses.

En estos regímenes democráticos, la única opción de los gobernantes ante el fenómeno Internet es sumarse a él y utilizarlo para sus labores y fines políticos –algo que unos y otros vienen intentando con mayor o menor éxito y acierto.

 
En regímenes totalitarios o con libertades limitadas, contrariamente, los gobiernos no sienten ningún rubor a la hora de aplicar medidas de censura directa sobre la Red o su acceso a ella, con el fin de acallar o limitar el alcance de las voces disidentes que surgen de entre sus ciudadanos o simplemente para ocultar a esos ciudadanos informaciones que desde el poder se consideran peligrosas.
Las formas en que se lleve a cabo esa censura pueden ser diversas:
 
Bloqueo de la Web (Irán)
Es la censura de fuentes de información online utilizando proveedores de Internet locales para configurar listas negras de sitios e impedir el uso de ciertas palabras clave por parte de los ciudadanos. Ésta es una técnica en la que los gobiernos están alcanzando una gran sofisticación, así como también han avanzado en los métodos para neutralizar las herramientas usadas para burlar la censura.
Censura de precisión (Bielorrusia)
Es el ataque puntual a sitios de Internet en momentos estratégicos. Con esta práctica se busca minimizar el riesgo de que los ciudadanos encuentren vías para burlar la censura, algo que puede ocurrir con mayor facilidad cuando el ataque es permanente.
Denegación de acceso (Cuba)
Es quizá el método más elemental. Restringiendo y dificultando el acceso de los ciudadanos a Internet ya no se hace tan necesario el desarrollo de tecnologías de censura avanzadas. Cuando se aplica esta forma de censura, es habitual que el acceso a la Red para la gran mayoría de los ciudadanos quede limitado a sitios como los cibercafés, controlados por el gobierno.
Control de las infraestructuras (Etiopía)
Es el control de la Red y los medios a través del sistema nacional de telecomunicaciones, en países donde éste es propiedad del estado y es el gobierno quien lo dirige y monopoliza. Este método de censura no afecta sólo a Internet y las redes telefónicas, sino a todo tipo de comunicaciones (por satélite, radio, televisión, etc.).
Ataques con malware (China)
Es el uso de programas dañinos –malware– instalados en los ordenadores de periodistas y disidentes. Como en los casos de infección comunes, sin motivos políticos, pueden llegar al destinatario ocultos en correos electrónicos aparentemente inocentes, y una vez instalados otorgar el control del equipo infectado al gobierno, para espiar las comunicaciones, robar documentos o incluso usar ese ordenador para lanzar ataques a otros equipos.
 
Violencia contra los periodistas digitales (Rusia)
Es el nuevo objetivo de regímenes con tradición en la persecución represiva del periodismo. En estos países, la violencia ejercida contra la prensa tiene cada vez más como blanco a los periodistas digitales.
 
 
 
 
 
 

PERIODISMO CIUDADANO FRENTE AL PERIODISMO PROFESIONAL.


El periodismo ciudadano es un fenómeno contemporáneo que refleja la necesidad que tienen los ciudadanos de participar en la realidad de los hechos, aportando, mediante nuevos soportes tecnológicos, sus opiniones a partir de la información elaborada por los profesionales de la comunicación.

Actualmente, una de las herramientas más utilizadas para hacer periodismo ciudadano son los blogs, en los que no sólo se redactan los hechos sino que además se refleja la opinión del escritor.

Si analizamos el procedimiento que sigue el periodismo tradicional para elaborar las noticias vemos que se vale de fuentes y agencias, las noticias se seleccionan siguiendo un criterio de importancia para los lectores, es decir, de manera jerárquica. Esto no ocurre en el periodismo ciudadano, el bloguero no sólo busca informar sino que además le importa que los demás conozcan su opinión sobre los hechos sin importarle un criterio jerárquico de los lectores.

Somos partícipes de una red de información en la que se crean contenidos de forma constante y esto hace que se sitúen al mismo nivel reporteros, editores y la audiencia. El ciudadano se convierte en lector y escritor al mismo tiempo, perdiendo los medios su exclusividad sobre la información.

El periodismo ciudadano convierte el periodismo en una actividad más democrática al alcance de cualquiera sin limitarlo a los grandes grupos de comunicación. Nos acerca a los problemas locales de la sociedad en la que vivimos, aportando incluso soluciones. Transmite una información que no responde a intereses particulares. Utilizando fuentes de información más actuales.

Pero también presenta inconvenientes. Se profundiza poco en los hechos, se debe reflexionar más y contrastar la información.

La opinión es utilizada a veces con demasiado protagonismo, llegando a veces a faltar el respeto y a acusaciones falsas.

La falta de rigor y de calidad en la elaboración de los textos nos lleva a imprecisiones. Pero también es verdad que esto nos da alas para una mayor libertad y creatividad, sin perder la consistencia de la información.

En definitiva el periodismo ciudadano aporta ventajas e inconvenientes a la labor periodística.

Hay periodistas profesionales que no están en contra del periodismo ciudadano, si no que opinan que debe existir una buena relación entre el periodismo tradicional y el periodismo ciudadano aportando cada uno sus ventajas.

domingo, 19 de mayo de 2013

Entrevista a Dan Gillmor

Dan Gillmor, “Estamos haciendo una transición desde un mundo mediático monolítico a uno que es muy diverso y estamos en las primeras etapas de ese proceso”.


¿QUÉ ES EL PERIODISMO CIUDADANO?



Los periodistas cuentan lo que ven y lo que averiguan de otros. Ahora, gracias a internet, es más fácil publicar uno mismo. Pero gracias a las redes sociales también es más fácil hacer llegar información a los periodistas: se puede encontrar su correo, mencionarle en twitter, escribirle en facebook.

El periodismo es un oficio no porque sea muy difícil de hacer: un periodista debe saber averiguar y comprobar hechos, y contarlos en orden; algo que se aprende en la escuela.

El periodista profesional no debe tener miedo a que los ciudadanos le quiten su labor. Tendrá trabajo porque descubrir qué pasa, escoger lo más importante y contarlo lleva tiempo y nadie más lo tiene. Además, la experiencia da ventaja. Antes circulaban pocas cosas y el medio escogía cuáles eran las importantes. Ahora circulan demasiadas -y muchas que no son verdad- y el medio debe escoger aún cuáles son las importantes.

 

Aunque ahora la selección no está solo en la mano de los periodistas: también los ciudadanos con ganas pueden escoger sus noticias preferidas. Con eso los periodistas hemos perdido peso, pero hay otras maneras de aprovechar las ganas que tienen los ciudadanos de participar en contar la realidad. Aparte de los que ya tienen su blog, he visto periodismo ciudadano de tres tipos. Escribo hoy porque esta semana han pasado noticias que ilustran los tres.

 

1. Las fuentes únicas. Tienen información exclusiva porque nadie tiene acceso. Podrían abrir blogs, hacer periodismo y serían visitados. Pero quieren tener más influencia y su objetivo es llegar a los grandes medios.

 

El mejor ejemplo ocurre en Siria. Casi no hay periodistas extranjeros y los pocos que hay se pueden mover poco. La información que sale de la mayoría de ciudades en revuelta es de ciudadanos que graban imágenes o buscan información. Hay grupos de activistas que se encargan de difundirla: La gente en el terreno nos contacta, nos da información, imágenes, números de contacto, lo que tengan, y todo es procesado y diseminado en el país [Siria] y enviado a los medios internacionales, dice un coordinador.

 

Es un trabajo de periodismo (aunque pueda ser tendencioso), pero lo hacen ciudadanos porque los periodistas no pueden hacerlo. También se puede dar en catástrofes naturales o cuando alguien graba un tren que descarrila. Es periodismo ciudadano casi sin querer. Por ser un periodismo parecido al tradicional y que se da por razones extraordinarias, es menos interesante y frecuente.

 

2. Las fuentes minuciosas. Estas fuentes ciudadanas también tienen información exclusiva, pero solo porque la buscan durante horas. Esta semana ha habido un ejemplo magnífico en Estados Unidos. Un congresista demócrata, Anthony Weiner, tuiteó una foto de sus genitales para una seguidora. La borró en seguida, pero ya le habían pillado. Vigilaban su cuenta desde hacía meses porque había tenido otros flirteos virtuales.

 

Weiner primero dijo que le habían pirateado la cuenta y que los genitales no eran suyos. Luego admitió que lo había hecho. Por ahora, no dimitirá. El célebre blog conservador que publicó la foto de Weiner, Big Government, se dedica en parte a esto: Nosotros encontramos los hechos que ellos [los medios] no encuentran o prefieren ignorar, y los revelamos al público.

 

No es una estrategia solo conservadora. Los demócratas tienen American Bridge 21st Century, que se dedica a enviar detectores a seguir a políticos republicanos. Uno ya dio con un error del candidato presidencial Tim Pawlenty, que confundió Irak con Irán. Lo mismo hace Media Matters, que graba horas y horas de programas de tele o radio conservadores y busca errores o insultos.

 

Este tipo de fuentes tuvo repercusión en la campaña de 2008. Una periodista ciudadana del Huffington Post grabó una frase de Barack Obama que fue quizá el mayor problema de su elección: la gente amargada, se aferran a las armas, a la religión o antipatía a la gente que no son como ellos, dijo Obama en privado ante unos simpatizantes. La periodista ciudadana que recogió por sorpresa la frase, Mayhill Fowler, quiso más adelante cobrar, pero en el Huffington Post le dijeron que se buscara otro medio.

 

Este modelo de periodismo ciudadano tiene dos diferencias respecto a los periodistas: primero, son muchos más y pueden hacer un trabajo más minucioso y, segundo, son gratis. Solo tiene futuro entre gente muy convencida por una causa. En American Bridge 21st Century lo han entendido y sus detectores son profesionales. El valor de la información que aportan estas fuentes es relativo. Es asunto de debate que sea esencial o no para votar a un político saber si tuitea fotos de sus genitales, o si el desliz de Pawlenty no es algo que nos pueda pasar a todos. Me parece un periodismo atractivo, pero poco valioso.

 

3. Las fuentes colaboradoras. Hoy el gobierno de Alaska revela 24 mil correos electrónicos de Sarah Palin cuando era gobernadora. El New York Times pedía ayer ayuda a los lectores para encontrar los mejores cuanto antes. El segundo comentario a esa noticia decía: “¿No os pagan para hacer eso vosotros mismos? Tiene razón. El Times quiere mano de obra barata, como el Huffington, no periodismo ciudadano.

 

Las redes sociales pueden ayudar a encontrar fuentes, como intenta aquí AP. El periodismo siempre ha necesitado fuentes y declaraciones, ahora las busca también en twitter. No es una novedad crucial.

 

HISTORIA






El periodismo ciudadano surge a finales de los años 90, cuando el periodista Dan Gillmor se percató que las columnas sobre tecnología que escribía en un prestigioso periódico de Silicon Valley, “San José Mercury News” tenían mayor éxito en su blog.




Esto se debía a la posibilidad que ofrecía el poder discutir, opinar y discrepar sobre un artículo en particular. A partir de su experiencia, escribió un libro sobre periodismo ciudadano titulado “We the Media” (Nosotros el medio).

El periodismo ciudadano tiene su máxima expresión en Corea, donde Oh Yeon-ho, un visionario de ese país creo el diario ciudadano “Oh My News” a principios del año 2000 y que actualmente es el referente internacional del periodismo ciudadano, con más de 37.000 corresponsales ciudadanos y más de 14.000.000 de visitas diarias.

Es así que concebimos el periodismo ciudadano y a nuestros diarios adscritos en este fenómeno como parte de un periodismo que vive en la era de la red de redes, donde los medios de producción cambiaron y los computadores son instrumento de un estilo y movimiento de conectividad para competir con conectividad a nivel mundial.

Por eso, a diferencia de la era industrial, la era digital es principalmente época de talento y no necesariamente de capital. El periodismo ciudadano nace en la era donde cualquiera puede acceder a un computador –por lo tanto a un medio de producción- y una era donde la memoria digital es prácticamente gratis por lo que los espacios para la producción de cultura y de valor se democratizan y son posibles de monitorear en la red o que por su poder puede alejar por exclusión a quién no participa.